Una mujer vino, me dio su sonrisa y se fue
regreso, me pidió de vuelta su sonrisa y se fue
después volvió y se robo mi felicidad
nunca me la devolvió.
Pero regreso y se robo mi espíritu
dejo mi vida sin esencia
después se convirtió en mi espíritu y mi esencia
ahora me alimenta de tristeza
no me da mas que sus sobrados
y me exprime la poca luz que recojo cada día
mientras vivo en mi sueño me tortura
dándome golpes de realidad
diciéndome que nunca seré su piedra angular
pero que luche por ella y no me de por vencido
que sea su lacayo, que sea su buen amigo
tenemos una relación semejante a la del ratón y el queso
en la que yo soy el ratón
y ella es mi queso, repleto de veneno.
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